Benito Pérez Galdos narró con brillantez y maestría el sitio de Girona durante la “guerra del francés” tal y como se conoce en Catalunya a la campaña que España sostuvo contra Napoleón entre 1808 y prácticamente 1814 cuando, desgraciadamente, regresó el rey felón, el borbón de turno.
Pues bien, casi 200 años después, Girona volvió a estar sitiada, sólo que esta vez no ha sido por las tropas napoleónicas, ni por otro algún otro ejercito agresor, sino por la nieve de forma que, hoy después de seis días de la gran nevada, más de un centenar de intoxicados, 60.000 personas continúan sin luz, 22.000 empresas paralizadas y 100 millones de euros perdidos de momento.
Y, lo que es aún mucho peor, una persona a fallecido por inhalación de humo y 140 está
Eso si, el conseller de Interior Joan Saura quien teóricamente tendría que ocuparse de estas cosas, no parece que esté demasiado preocupado y, en su línea habitual, le hecha la culpa al empedrado y dice que no lo han hecho tan mal. Exactamente lo mismo que argumenta Endesa, la mega compañía eléctrica que, pese a tener, 1.200 técnicos en Girona no es capaz de arreglar los desperfectos y que, lógicamente dice que la culpable es la Generalitat.
Pero, además de la manifiesta incompetencia para solucionar cuanto antes esta situación, hay otras preguntas y dudas que van surgiendo a lo largo de estos días. Por ejemplo, si se sabía con certeza, tanto por la AEMET y el Servei Metereològic de Catalunya (www.meteo.cat) había advertido, pese a las imbecilidades que algunos han dicho, de lo que se avecinaba, ¿cómo es que ha sucedido esto?
Es cierto que la nevada fue impresionante en muchas zonas del noreste, pero eso no justifica la situaron extrema a la que se ha llegado. Cabe la sospecha de que, finalmente, en Catalunya pese a toda la arrogancia que muestra su Govern, hay mucha dejadez y falta de previsión.
Dejadez porque es más que probable que nadie se haya ocupado, en meses anteriores, de revisar el estado de las líneas eléctricas, de su antigüedad, de su resistencia en casos como este. Y, aunque las empresas son las primeras responsables de su mantenimiento, el Govern es responsable de exigir que se cumpla la ley y si no es así tomar las medidas oportunas a priori.
No es admisible que un servicio, por llamarlo de alguna forma, que se ha encarecido el triple que el IPC en los últimos cuatro años, sea tan deficiente hasta los extremos de que seis después del temporal 140.000 trabajadores no han podido todavía acudir a su puesto de trabajo. ¿Quién les va a resarcir?
Pero, eso sí, el Govern, se enzarza ahora en una discusión sobre si la MAT, es decir la línea de muy alta tensión, hubiera evitado que el lunes más de 220.000 abonados se quedasen sin luz, tal y como sostiene el conseller de Industria Antoni Castells. Mientras los ciudadnos sin luz. No es el momento de discutir, es el de solucionar.
La verdad es que cualquier que viva o conozca Girona, sabrá de sobra que su red eléctrica es nefasta, anticuada y incapaz de atender en condiciones normales a los abanados. Así que la culpa no es del empedrado conseller Saura.