sábado, junio 19, 2010

LA MUERTE DE UN SABIO



Hace unos días recordé que tenía que escribir para Anika, el comentario del último libro de Saramago que he leído: Caín. “No vaya a ser que pase algo”, pensé, en una especie de premonición sobre el autor portugués. Lamentablemente ha pasado algo.

No sé si Saramago era un gran escritor o no, lo que si tengo por seguro son dos cosas era un buen hombre, como acertadamente ha dicho en su blog Kabila, y un sabio que, además, escribía. Y eso es lo que me importa.

Supongo que para muchos sus libros no serán interesantes, es más, estoy convencido de que otros muchos no habrán leído jamás una obra suya; ellos se lo pierden porque, de la obra de Saramago lo más importante es que siempre se aprende algo y te hace pensar por ti mismo. Es lo más opuesto a la ceguera, al pensamiento único, a la aceptación de las verdades absolutas.

Esto no tiene nada que ver con la militancia ideológica de nuestro autor, sino con su calidad como persona. Ahora , como siempre ocurre en estos casos, será el momento de las grandes alabanzas y durante algunos días se hablará de él, incluso se venderán más de sus libros y se reeditarán algunos olvidados. El mercado es listo y feroz hasta aprovechar la muerte de quien detesta. Saramago jamás escribió para el mercado, sino para el ser humano.

Pero lo esencial es que, cuando pase toda esta conmoción oportunista, Saramago siga con nosotros a través de su obra. Es el mejor legado que nos queda porque esa será siempre fuente de reflexión.

Se podrá decir, y cada cual es muy libre de pensar lo que quiera, que sus obras son de mayor o menor calidad, pero lo que es indiscutible es que no se pueden examinar con indiferencia, siempre dejan un punto para el desasosiego, por citar a otro portugués que hizo historia. El desasosiego es la base de la obra de Saramago.

Recuerdo con especial cariño un libro, no de los más conocidos, “viaje a Portugal”, que es una verdadera maravilla. Saramago nos enseña a ver, no a pasar, a ser viajeros, no a ser simples turistas que recorren y no observan. Y es que ayer murió un sabio que escribía.

martes, junio 15, 2010

MENOS CAJAS, MENOS EMPLEO

Mientras España espera el debú de la “roja”, ese invento estúpido con el que el grupo Prisa bautizó a la selección de fútbol de la FEF, para eliminar cualquier reminiscencia del pasado, y los sindicatos convocan una huelga general para dentro de tres meses, que les de tiempo a calentar motores, nos enteramos de que las fusiones de las cajas de ahorros, tan deseadas por el sistema, van a suponer, según el Banco de España, la pérdida de un 20 por ciento de empleo. ¡Que maravilla!

Es decir, que la ansiada reordenación de sistema bancario nos va a costar uns buena canridad de euros a los contribuyentes en forma de más ayudas a todos los desempleados que va a generar. O sea, que la reordenación va a producir más déficit que es justo lo que se trata de evitar.

Resulta curioso que en este país cualquier reorganización en cualqier sectror siempre sea a costa del empleo; jamás se plantea la creación de más puestos de trabajo para mejorar el servicio a los clientes, nunca y de paso incrementar los ingresos del Estado.

Y no hay más entrar en cualquier oficina de una caja (o banco) para realizar cualquier gestión, para comprobar la pésima atención que hay, de forma que te ves obligado a esperar con paciencia porque un sólo empleado tiene que atender a un buen numero de personas. Basta que una de estas prsonas tarde un poco más en una gestión para que se acumluen otros clientes y la espera ya sea de juzgado guardia.

Pues bien, ahora resulta que habrá menos oficinas y menos empleados, lo que se traducirá en peor atención. Eso sí, con mucha mayor rentabilidad.

Por si esto fuera poco resulta que, tal y como era de esperar, las cajas poderosas se están conviertiendo aún en mas poderosas. Este es el caso de la ultrapolitizada Caja Madrid que, junto a Bancaja y otras de menor entidad, han creado un grupo, de la que Rodrigo Rato, es decir el PP, va a llevar las riendas. Y todo esto para mayor gloria de la reordenación del sector.

Dentro de poco las decisiones de tomarán sólo en Madrid o en Barcelona, con lo que las cajas pequeñas serán meras comparsas en detrimento de sus comarcas. Al tiempo.

En fin , no merece la pena insistir sobre este asunto. Aquí, como en otros muchos casos, de nuevo la derrota de las posturas sociales ha sido total y sin paliativos. Menos mal que nos queda la roja. Eso si que es lo verdaderamente importante.