miércoles, diciembre 22, 2010

EL INQUILINO


Debemos suponer que el inquilino de la Moncloa tiene por lo menos un asesor o asesora que le indica como debe distraer la atención de los ciudadanos de los temas esenciales para llevarlos a lo insustancial, a lo que es más una cuestión de forma que de fondo. Aunque también es posible que en alguna ocasión se le ocurra a él personalmente,  si bien lo dudo.

Esta mañana nos hemos enterado de que el inquilino ya ha decidido qué hacer en el futuro. Es decir, ya sabe que va a hacer con su vida, porque con las nuestras, con nuestro futuro,  lo que va a hacer ya está claro,  o mejo dicho,  ya está negro del todo.

Nuestro bien asesorado inquilino ha dicho algo tan importante como que hay dos personas que saben si se presentará a las próximas elecciones. Una es su esposa y la otra un miembro del partido.

Así que nuestro personaje va a conseguir que co este anuncio ya no se hable de otro asunto durante bastante tiempo. Y, como dice mi buen amigo Don Kabila, hay que tener poca vergüenza para que con la que se nos ha venido encimase pretenda hacer de eso un elemento de discusión, una cuestión de estado.

La verdad es que,  si fuéramos un poco sensatos, no les prestaríamos a lo que dice el inquilino la más mínima atención porque generalmente suele ser mentira o sandeces. Pero no somos sensatos.

Claro que,  desde el punto de vista del inquilino, esta táctica hasta ahora le ha dado un magnífico resultado. Por ejemplo: casi nadie se acuerda de que el Estado dejará de ingresar en sus depauperadas arcas el próximo año un 30 por ciento de lo que supone la venta de lotería.

Y esto por la sencilla razón de que se privatizará Loterías del Estado para conseguir 5.000 millones de euros, justo la mitad de lo que se ingresa cada ejercicio. Hambre para hoy y ganas para mañana. Pero claro es que no somos sensatos.

Y por qué no lo somos? Pues muy sencillo porque nos detenemos en lo superficialo y así,  mientras discutíamos si los controladores eran los buenos o los malos,  nuestro amigo el inquilino coló la venta de ese 30 por ciento de la Lotería a empresas privadas. Que se cierran varios despachos de lotería, pues ¡que le vamos a hacer! Que se deja de ingresar dinero a largo plazo, pues no pasa nada. 

Claro, que sí los controladores se hubieran estado quietecitos, es posible que esto no hubiera sucedido.  Aunque también es posible que si pepiño no hubiera sacado el decreto el día antes al que empezaba el puente de la Constitución  pues no hubiera ocurrido nada de nada. Y es que, en verdad no somos sensatos.

También es posible que, precisamente, el inquilino crea que es mejor que ocurra algo de algo,  para que la ciudadanía esté entretenida y no se dedique a pensar por sí misma que,  como ya se sabe,  puede dar lugar a resultados muy peligrosos. Seamos, aunque sea por una vez, sensatos y no hablemos mucho del futuro del inquilino.