viernes, enero 11, 2013

LA GRAN CLOACA



Este país es hoy una gran y pestilente cloaca en el que la porquería, la suciedad y la basura lo invaden casi todo. Todo parece contaminado por una inmundicia absoluta que afecta de tal forma a la estructura social,  que hay pocos estamentos libres de semejante lacra.

Las noticias sobre casos verdade
ramente vergonzosos de corrupción, favoritismo, todo tipo de inmoralidades financieras y actos repelentes y reprobables se suceden con tal rapidez que, aún no se ha terminado de asimilar uno, cuando ya el siguiente apesta en nuestras propias narices.

En tan sólo 24 horas,  tres hechos han supuesto verdaderos varapalos para la imagen, ya degrada hasta lo máximo, de esa especie de casta desdeñable en la que se han convertido una buena parte de los políticos de este país y que con su comportamiento indecente, ponen en grave peligro, gravísimo incluso, el propio sistema democrático que tanto dicen amar y defender.

Porque la evidente desafección de la ciudadanía a las instituciones es el mejor campo de cultivo para todo  tipo de intentos de liquidar los derechos individuales y colectivos con el pretexto de acabar con la corrupción.

El riesgo de que los ciudadanos, ante tal degradación institucional, permanezcan inmóviles ante cualquier intento de tipo “salva patria” es de tal calibre que seguir por este camino es de una insensatez verdaderamente intolerable. 

El enriquecimiento ilícito, el enchufismo de familiares de dirigentes de los partidos, especialmente escandaloso en el PP, el uso abusivo de fondos públicos, el clientelismo, el tráfico de influencias, la lentitud de la justicia, etc.  contrastan de forma indignante con las dificultades que la mayor parte de la ciudadanía tiene para sobrevivir cada mes. 

Y ahora, frente a un desempleo de seis millones de personas,  Unió Democrática de Catalunya ha reconocido que se financió ilegalmente aprovechándose de fondos que la UE destinaba para la formación de personas sin empleo. Hay que ser muy desalmando para desviar dinero que iba a ayudar a ciudadanos necesitados para engrosar las arcas de un partido que después apoya recortes a mansalva.

Pero, con ser grave el asunto en si mismo, no lo es menos que se haya tardado nada menos que 20 años en resolver la cuestión en los tribunales. ¡Nada menos que 20 años de juzgado en juzgado!

 Y ahora, bastará con que el citado partido devuelva la cantidad robada para que todo quede en el recuerdo. 

Y encima tenemos que soportar al cínico de Durán Lleida decir que no le van a tumbar. ¿Cómo es posible que esto quede así? ¿Cómo es posible que se establezca un pacto entre la fiscalía y ese partido para que todo quede en una petición de disculpas y devolver el dinero con las subvenciones que el propio estado concede a ese partido? ¿Este es el hecho diferencial?

MADRID UN POZO SIN FONDO

Lo de Madrid clama al cielo. Entre los dirigentes del PP del Ayuntamiento de la capital y de la Comunidad deben tener el récord de desvergüenza de toda esa casta de políticos sin escrúpulos que pupula por este país

Botella afirma categóricamente que jamás ha pensado en arrojar la toalla, mientras va cepillándose a todos los que, directa o indirectamente, tenían algo que ver que la tragedia del Madrid Arena. Entre tanto,  cinco muertas esperan justicia.

Güemes, el yerno del afortunado loterofilo Carlos Fabra, logra que una empresa de la que es consejero se haga con el sistema de analítica de varios hospitales de Madrid que el mismo privatizó cuando era Consejero de Sanidad de esta comunidad. Y tenemos que oír que este tipejo no ha tenido nada que ver en semejante negocio, en plena marea verde por la privatización de la Sanidad.

Entre tanto, el Gobierno de Rajoy se ve forzado a recurrir ante el Constitucional una medida que el indigno González, testaferro de la Aguirre, ha impuesto: el repago de un euro por receta. ¿Es posible ver un pozo de mierda más profundo?

Y ¿qué decir del caso Carromero? Un agravio comparativo, una aberración jurídica, una tomadura de pelo para la mayor parte de los que están en condiciones similares y tienen que esperar pacientemente que se les concede la libertad provisional

Carromero, un homicida con sentencia firme, ha encontrado un empleo en un tiempo récord, mientras que en esta país seis millones de personas esperan casi sin esperanza que surja algo, aunque sea un clavo ardiendo para poder subsistir. El cenutrio de Carromero es asesor de un ayuntamiento, el de Madrid, mientras que miles de jóvenes universitarios, investigadores, profesionales de toda clase,  tienen que abandonar su país para buscar un empleo.

Carromero se paseará por las calles tranquilo, mientras que Alfonso Fernández, ha pasado casi 60 días en un régimen penitenciacio aplicado a terroristas,  sin pruebas y encima tiene que soportar que un panfleto le cubra de infamias.

Esta es la verdadera patria del PP: la del negocio sucio, la corrupción, el amiguismo, el agravio, el enchufismo, la desvergüenza, la hipocresía, la insolencia, la podredumbre…

                

lunes, enero 07, 2013

INSISTENCIA OLÍMPICA, RÉCORD DE DESVERGÜENZA



El Partido Popular insiste una y otra vez en conseguir para Madrid la realización de unos Juegos Olímpicos. Para ello no repara en gastos,  se pasa su cacareada austeridad por el arco del triunfo y envía a Suiza a una delegación de varias personas encabezadas por la alcaldesa no electa Ana Botella.

La verdad es que personalmente no me agrada demasiado la idea de que los JJOO se celebren en Madrid. Sé las consecuencias nefastas que tuvieron para muchos ciudadanos de Barcelona los de 1992, cuando fueron forzados a irse a vivir a otros barrios para acondicionar la ciudad con nuevas construcciones "presentables" y eso supuso un perjuicio notable para muchos de ellos. Claro que esto se ocultó convenientemente.

Me temo que, más allá de la propaganda y de la parafernalia, muchos madrileños se verían seriamente perjudicados por semejante evento. Pero, en fin, las cosas son como son y no tienen vuelta de hoja: la campaña propagandística hace sus efectos.

Pero, lo que resulta incomprensible es que, en una comunidad en el que la austeridad está causando verdaderos estragos, se nos diga que 150 millones al año, durante siete años no supone un esfuerzo inasumible. ¡Caramba con la austeridad!

Es decir, que mientras se han ido reduciendo servicios importantes como son autobuses escolares, asistencia a mayores,  ambulancias, guarderías; se han elevado los precios del transporte público de forma sustancial, se ha introducido el repago en la Sanidad, entre otras muchas cosas  ahora se nos dice que ¡1.050 millones de euros no suponen un gran esfuerzo!

La verdad es que del PP se puede esperar todo y,  es evidente, que quiere colgarse la medalla de haber logrado para uno de sus mayores feudos la organización de los JJOO. Antes de que se celebraran ya estarían sus líderes colocándose medallitas, que eso se les da muy bien.

De momento, en tiempos de austeridad, en el que el Ayuntamiento no tiene el más mínimo empacho en recortar a diestro y siniestro, la comitiva encabezada por Botella se ha ido a Suiza a presentar el proyecto. 
Es de suponer que no habrán ido con las gastos pagados, sino que ese viajecito lo hemos pagado todos, nos guste la idea o no. Así que el transporte, las comidas y la estancia a nuestra costa.  Tampoco esto debemos considerarlo un gran sacrificio, según parece.

Eso si,  a la alcaldesa no le debe afectar que en Madrid sigan los desahucios y que hoy se publique los muchos ciudadanos tienen ya que aplicar recortes en los gastos de comida porque nos llega el salario.

Evidentemente, quienes estarán muy contentos serán todos los que pululan cerca del poder, en este caso del PP,  porque ya vislumbran un negocio suculento: el de las adjudicaciones. Y si hacemos memoria y vemos qué ha pasado con otras historias semejantes,  que han servido para todo tipo de negocios oscuros, enriquecimientos inmorales y todo tipo de corrupción pues entendemos esa alegría y esa insistencia.

Y, mientras tanto, sigue sin haber ni un solo responsable de la tragedia del Madrid Arena; Me van a perdonar, pero eso si que es de récord olímpico, pero de la desvergüenza.