jueves, enero 31, 2013

DE POLVOS Y LODOS



 Recuerdo ahora el nombre que dio a su blog mi buen amigo Fausto Fernández  y me permito –espero que no se enfade- utilizarlo como título para esta entrada porque,  en realidad,  una buena parte de la pesadilla que estamos viviendo los ciudadanos de este país,  es consecuencia de aquellos polvos del pasado que se dio en llamar transición y de donde  proceden los fétidos lodos  de hoy.

Es evidente que quienes urdieron la gran estafa de la transición deberían haber previsto que el pacto con los herederos del franquismo acabaría pasando factura de una forma u otra. Es posible que no pudieran prever todas las consecuencias de aquella desafortunada decisión pero, algunos contubernios,  era  evidente que acabarían cuasando un desastre.

Entre éstos , uno de las más importantes,  fue el mantenimiento de (sometimiento a) la monarquía del 18 de julio y haber tolerado durante años la total opacidad y la absoluta impunidad del familión borbónico.  Ahora sale toda la porquería a relucir como una novedad impredecible. Pero,  ¿alguien en su sano juicio puede creer que todas estas cosas, verdaderamente inmorales, han ocurrido a espaldas del máximo responsable de esa familia?

Está claro que durante años ha sido imposible controlar las actividades de los miembros de la familia borbón;  sus negocios,  sus relaciones con personas de dudoso comportamiento,  sus idas y venidas y sus amistades más que peligrosas y muy generosas.  Todo se ha rodeado de un halo de silencio. Todo han sido parabienes y campechanías, todo adulación.

Ahora,  cuando la realidad empieza a demostrar que la suciedad también afecta, ¡y de que forma!  a esa institución trasnochada,  se pretende ir preparándonos para una burda maniobra.  Empiezan a llegar con insistencia los mensajes sobre la necesidad de una abdicación urgente de borbón padre en su hijo para que la pestilencia no tenga efectos tan nocivos que se ponga en cuestión todo en entramado.

Y llegan, lógigamente, desde los sectores que, en su día, aunque no solo, apoyaron la perpetuación de franco-monarqwquismo: PP y Psoe, en la político, grupos mediáticos y empresariales y entidades de diversa catadura.

Pues bien, no vale.  Es posible que en principio logren que el beneficiario del franquismo que,  ocupa todavía la jefatura del estado, abdique en su querido hijo, pero dudo bastante de que esa maniobra sirva durante mucho tiempo.  
La monarquía de la transición está definitivamente tocada,  está contaminada por la putrefacción,  por el aprovechamiento de la posición privilegiada de sus integrantes para enriquecerse de forma indeseable.

Si esto ya hubiera sido criticable en cualquier circunstancia, mucho más lo es ahora cuando el ciudadano está harto de ver como se empobrece cada día que pasa,  como para muchos de ellos  empieza a ser un calvario llegar a fin de mes,  como para otros muchos su principal preocupación es saber si al día siguiente seguirán bajo un trecho o le arrojarán de su casa.

Mientras seis millones engrosan la terrible lista del desempleo,  y millones de familias tienen a todos sus componentes en el paro, vemos como el familión mira para otro lado con el enriquecimiento ilegal y se limita a decir que es un “comportamiento poco ejemplar”.   ¡Que desfachatez!

Y,  cuando muchos vemos drásticamente recortados los sueldos,  recortados derechos sociales, impedidos de acudir a las aulas o disponer de una sanidad pública decente, vemos las trapisondas de la institución que aún  presume de que la justicia es igual para todos,  y nos insta a que arrimamos el hombro para salir juntos de la crisis, como tanto le gusta decir al borbón.

No,  esto no puede quedar con resuelto con una abdicación como si nada hubiera pasado. Ha pasado mucho y muy grave.

Acabo ya como empecé,  usando otra cita, en este caso de Ortega:  delenda est monarchia. Con un poco de suerte antes que después.


lunes, enero 28, 2013

CARNAVAL ADELANTADO EN “EL PAÍS”: LA FOTO DE LA INFAMIA



Parece que en el diario El País han adelantado el carnaval y han pretendido disfrazar como un error,  gran error,  lo que no es más que una manipulación infame que pretendía ser una gran información y que ha dejado su credibilidad bastante en entredicho.  Un “error”  que debería hacer reflexionar profundamente a los editores de un periódico que fue durante años un verdadero referente de seriedad para muchos ciudadanos.

Es malo en periodismo (y en general)  dejarse llevar por las fobias o filias personales;  lo vemos cada día en varios periódicos,  más parecidos a panfletos,  con portadas insultantes que pretenden descalificar todo aquello que se sale de su particular ortodoxia.  Llegan al extremo,  sin que pase nada,  de hacer acusaciones gravísimas que muchas veces quedan desmentidas por la realidad. Con impunidad publican nombres de personas para difamarlas.

Francamente  de El País se podía esperar algo más.

No es un secreto que para la cabecera del maltrecho Grupo Prisa el presidente de Venezuela, Hugo Chávez,  es un auténtico enemigo público.  Lo demostraron ya hace tiempo, en 2002,  con un episodio rocambolesco en el que quedaron al descubierto sus cartas.  Dieron por derrocado al presidente de ese país, sustituido por un tal Pedro Carmona  y después tuvieron  que rectificar a toda máquina. Se la tienen jurada.

Quienes me conocen personalmente,  algunos son seguidores de este blog,  saben de sobra que mi simpatía por el líder de la revolución bolivariana es muy escasa.  Hace un tipo de política que me desagrada profundamente y el hecho de que se haya enfrentado al imperialismo de EEUU no lo convierte en un icono de la Izquierda,  al menos para mí. Sencillamente no me gusta en absoluto.

Pero,  además de persona de izquierdas,  soy profesional  o pretendo serlo,  de la información y siempre he intentado dejar mi ideología lo más separada posible de lo que es la noticia pura y dura. Otra cosa es si tengo que escribir un artículo de opinión o,  como me ha sucedido en algunas ocasiones,  algún editorial  Es ahí donde expreso claramente mi posición o la del grupo para el que ocasionalmente trabajo, siempre y cuando no vaya contra mis principios. La noticia en sí misma es neutra. La forma de contarla no.

El caso es que El País dio por buena una foto de Chávez entubado en contra de todos los principios de responsabilidad informativa;  sin haberse cerciorado suficientemente de la veracidad de la misma y de la fiabilidad de la fuente,  que son  dos de los  elementos imprescindibles de cualquier informador. Sencillamente han incumplido su propio código de conducta que, precisamente,  fue para muchos de nosotros pauta a seguir durante años.

Y el hecho de que en Cuba no se facilite información sobre ese asunto,  lo que es absolutamente lógico,  no los disculpa. Si no es fiable la información sencillamente no se da y punto. Eso fue su norma durante mucho tiempo.

Tanto es así que,  si este periódico publicaba alguna noticia conflictiva,  la mayoría dábamos por buena su versión porque sabíamos que había pasado una serie de filtros que hacían casi imposible,  no el fallo,  que es humano,  sino la burda manipulación.

Su odio e inquina contra Chávez, en la que no entro,  les ha llevado a este desastre del que no basta salir con unas disculpas y el reconocimiento  del error.  Hay que pedir serias responsabilidades por lo sucedido.

Pero hay más y aún más doloroso.  Incluso aunque la foto hubiera correspondido al presidente bolivariano,  personalmente me produce una repugnancia intelectual y ética absoluta esa violación de la intimidad de una persona en la hora de la enfermedad,  en la hora del sufrimiento.

Constituye una falta de respecto de tal calibre que, al final,  es un daño mucho mayor que el posible error sobre la foto.

Porque aquí ya no se trata de una cuestión informativa, sino de todo lo contrario. Se trata de falta absoluta de moralidad que insulta a millones  de ciudadanos venezolanos,   a la familia y amigos del presidente y un insulto a la profesión periodística.  Es la manipulación llevada a su extremo más bochornoso.

¿Puede alguien en ese periódico explicar que aporta informativamente sobre la enfermedad de Hugo Chávez esa foto? ¿No se parece a las fotos que el yernísimo le hizo a Franco moribundo que fueron tan criticadas? ¿Puede explicar El País que ha cambiado entre un caso y otro?

El País,  que fue referente se ha convertido de la noche a la mañana en un diario amarillento y sensacionalista de la peor especie.